Desmotivación: cómo reconocerla y qué hacer cuando no tienes ganas de nada
- SIES Seguro
- hace 5 días
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Sentirte desmotivado no significa que seas flojo o que te falte fuerza de voluntad. Muchas veces, detrás de la desmotivación hay causas reales como el estrés, el agotamiento, una etapa de cambios o incluso condiciones de salud mental como el trastorno de adaptación o la depresión. La buena noticia es que existen herramientas para recuperar el rumbo, aun cuando no tengas energía o ganas. En esta guía práctica, te mostramos por qué podés sentirte así y cómo podés empezar a salir de ese estado paso a paso.
¿Por qué te sientes tan desmotivado?
Cambios vitales estresantes (mudanza, pérdida, ruptura, nuevo trabajo o estudio) pueden generar bloqueo o fatiga emocional.
Trastorno de adaptación: Cuando no podés retomar la rutina ni sentirte como antes luego de un gran cambio.
Estrés tóxico: El estrés constante e incontrolable drena tu energía y deja poco espacio para motivarte.
Sentirte abrumado por tareas, pendientes o responsabilidades puede paralizarte.
Poca conexión con actividades placenteras o significativas: Sin entusiasmo, tu cerebro no encuentra razones para "moverse".
Agotamiento físico, emocional o cognitivo: El burnout laboral o personal mata la motivación desde la raíz.
Falta de tiempo para vos: si todo tu día es para otros, es probable que te apagues.
Rigidez mental o perfeccionismo: “Si no puedo hacerlo perfecto, ni lo intento”. Este pensamiento frena cualquier acción.
Evitar emociones difíciles asociadas a ciertas tareas (ansiedad, inseguridad, miedo al fracaso).
Síntomas depresivos: Cuando la desmotivación viene acompañada de tristeza, fatiga persistente, culpa o apatía total, es hora de pedir ayuda.
¿Qué puedes hacer cuando la motivación se va? Estrategias clave:
Divide objetivos grandes en tareas pequeñas Tu cerebro procesa mejor los logros concretos. Reduce la ansiedad dividiendo metas y celebrando cada paso.
Conecta tu cambio con algo que te importe Motivarte por salud está bien. Pero motivarte para jugar con tus hijos, volver a leer, manejar mejor tu enfermedad o sentirte con energía es mucho más poderoso.
Planifica los errores y días bajos Si llueve, si estás agotado, si no tienes tiempo: ¿Qué versión mínima de tu hábito puedes hacer igual? Eso evita caer en el “todo o nada”.
Muévete aunque no tengas ganas El ejercicio físico estimula la dopamina. Es un reinicio mental y emocional, incluso si solo haces estiramientos suaves.
Pide ayuda profesional si lo necesitas La depresión no siempre se ve como tristeza. A veces es apatía, fatiga o desconexión total. Si te sentís así por semanas, buscá apoyo terapéutico.
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