Bienestar en la oficina: la importancia de cuidar la salud mental en el entorno laboral
- SIES Seguro

- 30 sept
- 2 Min. de lectura

El trabajo es mucho más que una fuente de ingresos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), contar con un empleo decente y un entorno laboral sano puede convertirse en un pilar fundamental para la salud mental. Un espacio de trabajo con condiciones justas, respeto y oportunidades no solo aporta estabilidad económica, sino también confianza, propósito y bienestar emocional.
Por el contrario, los ambientes laborales negativos —marcados por la discriminación, el exceso de carga, la inseguridad o la falta de apoyo— representan un riesgo directo para la salud mental de los trabajadores.
Una realidad que no se puede ignorar
Las cifras son claras: en 2019, alrededor del 15% de los adultos en edad laboral vivía con algún trastorno mental. Además, la depresión y la ansiedad provocan cada año la pérdida de 12,000 millones de días laborales, lo que se traduce en aproximadamente US$ 1 billón en pérdidas de productividad para la economía global.
Este panorama refleja que la salud mental en el trabajo no es un lujo ni un beneficio adicional: es una necesidad urgente tanto para las personas como para las organizaciones.
Riesgos psicosociales en el entorno laboral
Algunos de los principales factores que amenazan la salud mental en el trabajo incluyen:
Jornadas laborales excesivas.
Inseguridad o precariedad en el empleo.
Acoso, violencia o discriminación.
Falta de apoyo y comunicación dentro de los equipos.
Escaso equilibrio entre la vida personal y profesional.
Estos elementos no solo dañan el bienestar individual, sino que también afectan el rendimiento, la motivación y la capacidad de las empresas para crecer de manera sostenible.
¿Qué hacer para cambiar esta realidad?
La OMS plantea tres grandes líneas de acción para que las organizaciones y gobiernos promuevan entornos laborales más saludables:
Prevención: Implementar medidas que gestionen los riesgos psicosociales, como la flexibilidad laboral, protocolos claros contra el acoso y programas de balance vida-trabajo.
Protección y promoción: Capacitar a supervisores y trabajadores para detectar y atender de manera temprana los problemas de salud mental.
Apoyo: Desarrollar programas de reincorporación laboral y ofrecer ajustes razonables para quienes atraviesan un trastorno mental, asegurando que el empleo sea un espacio de inclusión.
Un compromiso global
Con más del 60% de la población mundial activa en el mercado laboral, priorizar la salud mental en los lugares de trabajo es un compromiso ineludible. Se trata no solo de garantizar un derecho humano básico, sino también de impulsar la productividad y el bienestar de las organizaciones.
En conclusión, invertir en trabajo decente y salud mental es una apuesta que beneficia a todos: empleados más sanos, empresas más sólidas y sociedades más justas.







Comentarios